MADRID, MADRID, MADRID

10/08/2015
¿Por qué mis primeros  meses en Madrid fueron tan especiales? Porque me pasaron cosas tan increíbles como ésta:
Llegué a Madrid un 3 de marzo a las 21 horas. No sabía qué iba a hacer al día siguiente, al levantarme. No tenía ni la menor idea de cuál iba a ser mi futuro en esa ciudad, una ciudad a la que siempre había temido. No recuerdo qué hice ese día cuatro de marzo, pero sí lo que hice el cinco. Fui con una amiga de una amiga, a ver por primera vez las salas de microteatro. Por casualidad, entramos en una de ellas, la elegimos al azar  y vi un espectaculito que me impresionó. Su actriz principal era una máquina. Su actuación impecable. Cuando salí de la sala, me arrepentí de no haberle pedido sus datos, seguro de que no me la iba a cruzar jamás.

El 27 de marzo la noche de los teatros, al volverme a casa sobre la una de la madrugada, deseché tomar el metro más cercano, por coger uno, más lejano, pero que me llevaría directo a casa. En ese último metro, al fondo, vi una figura que me resultaba familiar. La de Eugenia, ¡a quien no veía desde hacía quince años! Me acerqué a ella, le dije “¿Eugenia?” Y me contestó: “¡Alvaritooooo!”. Con la conversación descubrimos que sólo nos separaban dos estaciones de metro. La conversación física duró poco, pues el metro tardó poco en llegar y en dejarnos en nuestros destinos. Lo suficiente para pasarnos los móviles y continuar la conversación por whatsapp. Comenzamos a ir al teatro siempre que podíamos, casi siempre en fin de semana. Poco después me comentó que un amigo suyo hacía una peculiar fiesta un miércoles de cada mes. “La cena de la pasta”. Él ponía pasta y salsa, y los demás invitados ponían aperitivos y a más invitados. Dos requisitos: hablar con todo el mundo y prohibido usar los móviles.  Prometió avisarme para la siguiente. Y así fue. Un miércoles de abril estuve en la cena de la pasta. Eugenia me dijo algo parecido a que como era mi primera vez, había pedido a una amiga suya, también habitual de dichas cenas, que llevara a algún actor o actriz, al objeto de que ambos comenzáramos a hablar y luego nos dispersáramos por toda la fiesta. Esa noche conocí: a una detective privado, a un director de orquesta, a una chica que hacía fitness los martes por la tarde al aire libre en el Retiro, a una chica que vendía material eléctrico en una tienda, a un señor que había dejado una prometedora carrera como informático en Londres y que se había venido a España a estudiar Psicología, (con 55 años), a un catedrático de derecho, entre otras muchas personas... Y claro a aquél actor. Hablando al principio con él, por romper el hielo me preguntó:
-         ¿Y tú que has hecho últimamente?
-         Algo de Microteatro en Granada, (le contesté yo)
-         Ah, yo también he hecho microteatro en las salas de Microteatro por Dinero, aquí en Madrid.
-         ¿Cuándo?
-         En marzo
-         Ah, pues yo en marzo fui por primera vez a esas salas y en la tres había una obra que me encantó. Seguramente que la conoces, pues coincidisteis en el tiempo en dicho local:  “La tentación” , se llamaba. Y la actriz: impresionante. Me hubiera encantado conocerla, porque me entusiasmó su modo de actuar...
Y comienza a sonreir... Y le pregunto: “¿Qué pasa? ¿No te gustó la obra?” Y me contestó: “La dirigí yo”

Sí, gracias a que el día 27 de marzo tomé la linea de metro más lejana al lugar donde me encontraba; gracias a que esa misma noche coincidí, tras quince años sin vernos, con Eugenia; gracias a que me invitó a esa extravagante cena; gracias a que pidió a su amiga Angélica que llevara a la misma cena a alguien de mi gremio; gracias a que conocí allí a Diego Sabanés, pude contactar más adelante con  Laura Río, una actriz malagueña fabulosa, (fabulosa es poco:  me quedo muy corto)  protagonista de la obra de microteatro  “la Tentación”, en la que me metí por casualidad. Laura Río, además una vez que contacta conmigo me dice que fue compañera de piso durante 4 años, de una gran amiga mía de Granada: Noelia Rosa. Sí. Todo lo que me sucedió en Madrid, durante esos cuatro meses, fue así de  mágico.  ¿Era, o no era para volver?

12/06/2015
Volví a Madrid en septiembre de 2014. A la semana me ofrecieron entrar en un infantil, "El profesor Barelis" de Conga Producciones, con Antonio Pardo y Charo Gabella, dos personas excepcionales, y muy trabajadoras. Estoy encantado porque además canto una canción a la naturaleza, y mi personaje, además de ser el protagonista, es un tanto excéntrico y muy divertido. Nunca había actuado en un espectáculo especialmente diseñado para niños, y es una enorme satisfacción poder hacerlo.
En este tiempo en Madrid, y en resumen, he grabado cinco cortos, uno no se llegó a editar, pero los otros cuatro han pasado por las finales de varios festivales, entre ellos el notodofilmfest ("La duda"). Grabé un episodio de Velvet, otro de Águila Roja, pero tuve que cortar mi año en Madrid en febrero porque se adelantó la gira veraniega de la Barraca por culpa de las elecciones municipales y comenzamos el 28 de febrero acabando el 16 de mayo. En ese tiempo Juan Alberto López me ofreció sustituir a Yiyo Alonso en "La llegada de los Bárbaros" de José Luís Alonso de Santos, dirigido por él, para el FIT CRUZ, festival internacional de teatro de Santa Cruz de la Sierra en Bolivia. Y acepté. La experiencia, inolvidable.
Vuelvo a Madrid cuanto antes. En julio probablemente, si no ya en Septiembre.


12/X/14
Diversas vicisitudes han hecho que dé con mis huesos en Madrid. Subí por primera vez a buscar representante en marzo de 2014, tras dejar atrás toda mi vida anterior, mis amistades, mi casa en Granada, en definitiva para comenzar desde cero. Mi intención era encontrar representante y volverme. Permanecí  4 meses en los que me mantuve con el paro que me quedaba. La búsqueda de representante, se hizo imposible. Pero la vida de Madrid me engulló. Mi suerte como actor, siempre lo he dicho, "no sé si actúo bien o no, pero como actor siempre he tenido mucha suerte: y soy contagioso", me hizo enamorarme de esta ciudad a la que venía con muchas reticencias. En esta pestaña iré escribiendo sobre todas y cada una de las cosas, maravillosas en su mayoría que me sucedieron en esos cuatro meses. Tras ellos bajé a Granada para la "gira" de Barraca veraniega, y otros trabajos con Teatro para un Instante García Lorca Teatro. (Gracias Miguel Serrano). Y hace unos días he vuelto ya para quedarme aunque sigo compaginando con la compañía Granadina. En cuanto tenga tiempo iré ampliando este post. Todo lo que me ha sucedido aquí, ha sido increíble.

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